¿Qué es la hoja de ruta?

La hoja de ruta es una herramienta visual que muestra exactamente el camino que debe seguirse en cada etapa de la producción, según los objetivos.

“Para los que no saben a dónde quieren ir, cualquier camino les sirve”. La frase, escrita por el autor británico Lewis Carroll (1832-1898) en el clásico “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” (1865), se ha convertido en un dicho popular utilizado en innumerables situaciones.

Para que sea más fácil de entender, hagamos una analogía con una carrera de F1. Primero hay que trazar un camino para llegar del Punto A (ida) al Punto B (ganar las carreras) y para ello es necesario que se elaboren estrategias para que haya total armonía entre el coche, el piloto y el equipo.

Visualmente, la Hoja de Ruta puede ser compartida con todos los involucrados, como una herramienta de gestión visual, mostrando a los patrocinadores, líderes, interesados y al equipo la evolución en cada etapa del proyecto, permitiendo así una construcción colectiva, incluyendo puntos de mejora, feedbacks preparados a través de pruebas para posibles cambios en la ruta planeada.

 

¿Por qué es importante innovar?

Ante un escenario muy competitivo, pero con muchas oportunidades, las empresas deben promover cada vez más acciones que mejoren su rendimiento.

En este contexto de cambio constante, todos los sectores se han visto muy influidos por la llegada de la transformación digital. Al fin y al cabo, disponer de información actualizada en la operación es clave para las empresas que quieren seguir siendo competitivas.

La construcción civil es uno de los sectores menos avanzados tecnológicamente y ha sido estimulada a innovar por los gobiernos a través de decretos federales y estatales, el más representativo de los cuales es el decreto nº 10.306, que establece que el BIM (Building Information Modeling) debe ser utilizado en la ejecución directa o indirecta de las obras y servicios de ingeniería. Todo ello con los nobles objetivos de incrementar el PIB de la construcción civil en un 28,9% para 2028, aumentar la productividad en un 10%, reducir los costes en un 9,7% y aumentar el uso de BIM en el sector en 10 veces.

Existen otras tecnologías innovadoras que pueden (y deben) combinarse con el BIM para mejorar el rendimiento de los proyectos de construcción, como la realidad aumentada, la realidad virtual, la impresión 3D, el internet de las cosas, la captura de la realidad, el control de máquinas y la inteligencia artificial.

Pero, ¿cómo innovar? ¿Cómo no perderse en el camino?

 

¿Por qué es importante la hoja de ruta?

¿Sabes dónde estás hoy? ¿Y a dónde quieres ir? Tal vez, pero ¿sabe cómo lograr los objetivos finales? Esta es una de las razones para aplicar la Hoja de Ruta en su empresa, para saber exactamente qué caminos seguir, cómo, cuándo y dónde.

Hasta que la idea no sale del papel, no todos los implicados pueden visualizar el producto final con claridad y, por lo tanto, contar con un plan de acción sintetizado, que aborde los principales objetivos y los priorice, facilitará la visión y el compromiso de las personas. De este modo, resulta más sencillo conquistar un mayor número de promotores que serán esenciales para el proceso de transformación.

En resumen, podemos decir que la hoja de ruta es importante para las siguientes cuestiones:

  • organización y alineación de las visiones de la empresa
  • define los pasos hacia el siguiente punto
  • permite la visualización antes del siguiente punto;
  • organización del flujo de trabajo;
  • centrarse en lo más importante, minimizar los residuos.

Qué es la hoja de ruta

El primer paso de la hoja de ruta

“Enamórate del problema, no de la solución”, Uri Levine, fundador de Waze.

Pues bien, el primer ingrediente de una buena hoja de ruta es entender claramente hacia dónde tenemos que ir. El punto de partida debe derivarse de un diagnóstico preciso que identifique los principales dolores actuales, las expectativas, los objetivos y los temores que hay que abordar.

Planificación de un diagnóstico – es necesario elegir un punto focal del cliente que pueda acompañar todas las entrevistas, contribuir con la definición de las agendas, áreas a involucrar y co-crear en la consolidación de dolores y expectativas. Implicar al nivel ejecutivo y al patrocinador del proyecto.

Ejecutar un diagnóstico: comenzar con la capa ejecutiva para recoger las indicaciones iniciales. Durante la entrevista con las áreas, debe discutir el flujo de demandas entre las áreas, las rutinas existentes y las tecnologías utilizadas para realizar el trabajo. Pregunte siempre por las principales dificultades y expectativas de mejora con la innovación.

Consolidar un diagnóstico: es importante priorizar los dolores y las expectativas identificadas. Un criterio de priorización puede ser simplemente considerar el grado de visibilidad que tiene un elemento en las diferentes áreas entrevistadas. También está indicado para consolidar las principales percepciones en los pilares personas, procesos y tecnologías. Prepara un resumen ejecutivo con los principales puntos a tratar, pensando en el patrocinador y los ejecutivos implicados.

Preparación de la hoja de ruta

La innovación es un reto cultural. La cocreación es fundamental para establecer el compromiso con las acciones propuestas.

¿Cuáles de los problemas identificados en el diagnóstico pueden ser abordados por el proyecto en ejecución? Separar otros temas y darles visibilidad para que puedan ser abordados en nuevos proyectos. Después de todo, mantener la concentración es importante.

Definir grupos de trabajo para discutir las acciones de cada tema. Discutir con el Campeón quién en la empresa tendrá el “poder” para decidir y posteriormente ejecutar las acciones propuestas. Tomar escenarios con referencias de compensación y de mercado para apoyar las definiciones del cliente.

Con un libro de acciones definido y co-creado con el cliente, ahora es el momento de ponerlas en tiempo en la hoja de ruta.

Separe las acciones según su prioridad/impacto y su facilidad de aplicación para conciliar mejor la priorización de las reuniones, pero teniendo en cuenta los requisitos previos necesarios. Clasifique las acciones en rápidas, a corto plazo, a medio y a largo plazo.

¡¡Ahora es ponerlos en ejecución!!

Y como innovar es un reto cultural, una acción que siempre es válida es establecer un comité de gestión del cambio para apoyar y reforzar la implantación en curso.

Realizar un diagnóstico: toda innovación se refleja en los pilares de personas, procesos y tecnología. Es necesario relevar el flujo de demandas entre áreas, las rutinas existentes y las tecnologías adoptadas para realizar el trabajo. Pregunte siempre por las principales dificultades y expectativas de mejora con la innovación.

Consolidar un diagnóstico: es importante priorizar los dolores y las expectativas identificadas. Un criterio de priorización puede ser simplemente considerar el grado de visibilidad que tiene un elemento en las diferentes áreas entrevistadas. También está indicado para consolidar las principales percepciones en los pilares personas, procesos y tecnologías. Prepara un resumen ejecutivo con los principales puntos a tratar pensando en el patrocinador y los ejecutivos implicados.

 

Autores: David Shinkai, Consultor BIM en VerumPartners y Luciana Loures, Senior Consultant of Capital Projects and Infrastructure en VerumPartners

Traducido por: Alejandro Morales, Consultor AWP en VerumPartners